La Fundación DEM, presidida actualmente por Doña María Cristina Concha Wagenknecht, nace el 13 de agosto de 1987, obteniendo su Personalidad Jurídica mediante Decreto Supremo N° 1314 del Ministerio de Justicia, transformándose en colaboradora del Servicio Nacional de Menores, a través de la Resolución N° 569, del año 1989.
Hacia el año 1990 Fundación DEM comenzó a desarrollar un programa alternativo a las libertades vigiladas de menores a este ese momento existentes, innovando en la territorialización del trabajo, acotando el número de adolescentes a cargo de los delegados, incorporando un enfoque de trabajo sistémico familiar muy asociado a las redes locales y familiares de quienes atendía. Esta modalidad se denominó Libertad Asistida, concepto que se ha validado en la Ley 20.084 y las orientaciones técnicas del Servicio Nacional de Menores. En la actualidad, Fundación DEM se encuentra acreditada por el Servicio Nacional de Reinserción Juvenil y cuenta con proyectos en ejecución en la zona Norte de Santiago, en las líneas de Reinserción y Educativas para infractores adolescentes.
Paralelamente la Fundación se hizo parte de la transformación de las colocaciones familiares que hasta la misma década habían estado bajo la responsabilidad del Ministerio de Salud. Nuevamente la Fundación propuso un trabajo que revalorizara las redes familiares y los recursos locales como agentes de cambio y apoyo para evitar el uso de residencias ante la imposibilidad de los padres de hacerse cargo del cuidado y crianza de sus niños y niñas. A esta modalidad la llamó Familia Asistida y sería precursora de las Familias de Acogida Especializadas (FAE-PRO) que hoy son parte de la política de infancia del Estado de Chile.
En la misma década, en la comuna de Conchalí, la Fundación mediante un proyecto de apoyo del SENAME, desarrolló una iniciativa denominada Familia y Comunidad, un modelo que incorporaba también las prácticas de intervención en la red territorial, como estrategia de prevención de las conductas transgresoras en niños y niñas que eventualmente pudieran desarrollar trayectorias de infracciones penales. Esta propuesta también contribuyó a lo que actualmente son los Programas Intervención Especializada (PIE).
Los cambios que el país ha experimentado en los últimos treinta años, han significado hacer un giro en el trato a la infancia vulnerada en sus derechos desde una comprensión asistencial que reducía sus problemas a las carencias materiales a un entendimiento que reconoce a niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos en el más amplio sentido: en sus derechos humanos y sociales.
Es entonces desde la primera década del presente siglo, que la Fundación diversifica su oferta programática, siguiendo los cambios de la política pública de infancia, que se hace más compleja y exige mayores estándares de resultados y calidad de la atención. Asimismo, la Fundación amplía su presencia territorial hacia las regiones de Antofagasta, Valparaíso, O´Higgins, Biobío y Araucanía, además de nuevos programas en la región Metropolitana, entre los que destaca la nueva oferta programática de Acompañamiento Familiar Territorial, que se suman a los programas de Reparación en Maltrato Grave y Prevención Focalizada.
Nuestra Fundación desde sus orígenes, ha promovido una cultura institucional que provea de sentido e identidad al quehacer profesional y técnico con cada niño, niña y adolescente que demanda reparación de sus derechos vulnerados o apoyo y reinserción social.